miércoles, 14 de marzo de 2007

EL SAUCE Y EL CIPRES


Cuando a las puertas de la noche umbría
dejando el prado y la floresta amena
a tarde melancólica y serena
su misterioso manto recogía.

Un macilento sauce se mecía
por dar alivio a su constante pena.
Y con voz triste y de suspiros llena
al son del viento murmurar se oía.

"Triste nací....mas en el mundo moran
seres felices, que al penoso duelo
y el llanto oculto y la tristeza ignoran".

Dijo, y sus ramas esparció en el suelo.
"Dichosos ¡ay! los que en la Tierra lloran"
contestóle un cipŕes mirando al cielo.

José Selgás






A SU PRISION

Aquí la envidia y la mentira.
Me tuvieron encerrado.
Dichoso el humilde estado.
Del sabio que se retira.
De eate mundo malvado.
Y con pobre mesa y casa.
En el campo deleitoso.
Con solo Diós se compara
Y a solas la vida pasa.
Ni envidiado ni envidioso.